El día de su salida compré La Marca Estelar publicado por Holocubierta y ejecutado por el grupo creativo de Aventuras de la Marca del Este (principalmente por Zonk PJ). El reglamento y la ambientación vendría a ser en una reinterpretación de Dungeons & Dragons, caja roja, a la luz de diferentes referentes de ciencia ficción viejuna y los mitos de Cthulhu. En un resumen telegráfico e incompleto, elfos y orcos espaciales en un mundo punk.
Personalmente la propuesta me ha gustado mucho con sus luces y sombras. El arte, en mi opinión, es magistral y de la sola mano de Jagoba Lekuona. Se nota mucho el cariño y el trabajo de las nuevas clases de personaje, objetos mágicos y monstruos, tanto en diseño mecánico como texto de trasfondo. Sin embargo, la sombra objetiva es la gran cantidad de erratas que en su mayoría provienen de textos reutilizados de Aventuras en la Marca del Este no adaptados al nuevo juego.
Fijaros que deliberadamente he usado "sombra objetiva" para hacer referencia a algo que está mal se vea como se vea y que me apena su presencia en un producto que personalmente me ha gustado. Espero que sea rectificado en sus reimpresiones y sí o sí en su versión en pdf. Llamaría "sombras subjetivas" a aquellos elementos que, sin estar mal, yo hubiera hecho de otra forma.
Aquí entramos a hablar de lo que el propio manual llama Paradoja de Barbarella y yo considero mi sombra personal. También llamado Efecto Chainmail Bikini consiste en una habilidad exclusiva de las mujeres pertenecientes a la clase aventurero espacial que permite añadir el modificador de carisma a la clase de armadura cuando el jugador describe que se le han rasgado las vestiduras de alguna forma o directamente la describe con poca ropa.
La regla de marras cuanto menos es llamativa y parece más una regla casera para hacer una coña que una regla propia de un manual (confieso, yo lo haría). Sin decirlo expresamente el prólogo y un cuadro vienen a justificar esta inclusión como inspiración y burla a los obras de ciencia ficción que recogían el machismo propio de la época. Si somos absolutamente honestos, es solo y precisamente una broma anecdótica. Si analizamos el libro no encontraremos ninguna muestra de machismo e incluso tenemos que valorar el esfuerzo en las ilustraciones de representar a aventureras aguerridas sin caer en los clichés de prostitutas, princesas y enfermeras.
Saliéndome un poco del tema y siendo una constante general en todos los medios de expresión artística, no podemos decir lo mismo de la variedad morfológica humana. A las editoriales de rol en general reivindico tanto los kilos de más como los de menos y las diversos tipos de distribución en el cuerpo. Nadie me hará caso, así que podemos seguir.
No vengo a decir que no la hubiera puesto en el manual (es simpática y ochentera como un psicoliche), sino que la burla la hubiera llegado incluso más lejos: que la misma regla se le aplique a los aventureros espaciales masculinos. ¿Qué más esperpéntico y burlón que aplicar un machismo contra una mujer a un hombre? En cierta forma, el desnudo masculino también es un cliché del cine setentero y ochentero. ¿En cuántas películas habremos visto que el macho de turno cuando pierde o se quita ropa es cuando reparte "leña de la buena"? Tenemos como ejemplos actores como Bruce Lee, Van Damme, Bruce Willis (La Jungla de Cristal) o Silvestre Stallone (Rambo).
Concluyendo, la virtud de los juegos de rol es que puedes aplicarlos como tú quieras y según tus gustos personales. Algunos podrán descartar usar o no usar esta regla. Incluso en busca de la comedia gamberra aplicarlo solo a los hombres. Yo puedo decir que en mi mesa ha nacido la Paradoja de Barbarella-Zardoz.
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